Esta semana, el bitcoin, la más importante de las monedas virtuales (también conocidas como criptomonedas), alcanzó el precio más alto de su historia. Llegó a 19.850 dólares. Sin embargo, aunque sus promotores están soltando las campanas al viento, es evidente que sigue siendo una moneda demasiado volátil como para confiar en ella.
De entrada, basta ver la forma como se ha comportado el precio este año: el precio del bitcoin, que estaba en 10.367 dólares el 14 de febrero del 2020, había caído a 8.639 dólares dos semanas después. Y dos semanas más adelante, el 16 de marzo, su precio se había derrumbado a 4.944 dólares.
Pero lo que tiene a sus defensores felices es que a partir de ese momento, en medio de la pandemia, tuvo un crecimiento acelerado, que lo llevó a alcanzar un precio de 19.045 dólares el 24 de noviembre. Sin embargo, y para ratificar el punto de la volatilidad, tres días después había caído a 17.024 dólares. Pero luego llegó a su cifra récord este lunes, y el 3 de diciembre estaba en 19.464 dólares.
¿Se puede confiar en una moneda con semejante volatilidad? Hay que mencionar el que el bitcoin ya había estado por encima de los 19 mil dólares. El 17 de diciembre del 2017 llegó a 19.166 dólares. Pero el 7 de febrero del 2018 (50 días después) ya se había derrumbado a 7.270 dólares, y en diciembre 14 del mismo año estaba en 3.212 pesos.
Qué es el bitcoin
El bitcoin es una moneda virtual que se lanzó en el 2009 bajo el modelo de software libre. Su creación se le atribuye a un personaje o grupo anónimo cuyo seudónimo es Satoshi Nakamoto. Al bitcoin y a otras monedas similares que surgieron después –como el ethereum, el ripple y el litecoin– también se les conoce como criptomonedas, debido a que la criptografía (o encriptación) es usada para controlar la creación y transferencia de las mismas (una tecnología llamada Blockchain es la que valida cada bitcoin).
La característica distintiva del bitcoin es que no hay una entidad, un país o un banco central que controle y regule este sistema monetario; todo es manejado por una red de miles de computadores descentralizados. Esa es en buena medida la razón por la que muchas personas ‘anti-gobiernos’ y ‘anti-bancos’ apoyaron inicialmente la moneda.
Sin embargo, esas características también son la principal fuente de críticas. El nobel de economía Joseph Stiglitz dijo en el 2018: “Usted no puede tener un medio de pago que está basado en el secreto cuando se está tratando de crear un sistema bancario transparente”.
Al bitcoin también se le critica la enorme volatilidad de su precio, el hecho de que sea ampliamente usado para realizar transacciones ilegales en Internet (es una moneda muy popular en la Dark Web) y los robos que con frecuencia sufren las entidades que comercian con bitcoins.
Pero al bitcoin parece irle bien en los tiempos difíciles. La pérdida de confianza en un sistema financiero que causó la crisis económica que sacudió principalmente a Estados Unidos y Europa desde el 2008 atrajo a muchos usuarios al bitcoin. Y ahora la pandemia está produciendo un fenómeno similar, en parte porque los inversionistas temen que se produzca una inflación acelerada debido a las emisiones de dinero que los gobiernos están haciendo para cubrir los gastos de la pandemia, y por ello están buscando un puerto seguro. ¿Pero eso es el bitcoin?
La pregunta entonces es: ¿cuánto tiempo durará la bonanza del bitcoin? ¿Será sostenible? Hasta ahora no lo ha sido. Luego de cada pico en su precio, la moneda se ha derrumbado. Solo el tiempo dirá si en esta ocasión se trata de un auge más consistente.
La revista ENTER de diciembre, que circulará a mediados del mes, incluirá un informe más amplio sobre este tema.
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