Por Martha Castaño *
Marzo es el mes en el que los temas que impactan a la mujer se ponen en la agenda del mundo. Este año, adicionalmente, la conversación recurrente ha sido el papel protagónico que han tenido las mujeres en la atención a la crisis del covid-19. Líderes de Estado, trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras, científicas, educadoras y mujeres en un sinnúmero de roles vitales se han tomado como ejemplo de éxito en el manejo de esta pandemia global.
El tema es de gran impacto, si se tiene en cuenta que, según datos de ONU Mujeres, la contribución de las mujeres al producto interno bruto (PIB) mundial es del 37 por ciento, y todos los tipos de trabajo que realizan, incluido el no remunerado, generan 11 billones de dólares en todo el mundo (9 por ciento del PIB mundial). Dicho informe menciona que las mujeres también han sido las más impactadas por pérdidas de empleo, violencia intrafamiliar y deserción escolar.
Vale la pena entonces dar una mirada a esas habilidades del liderazgo femenino que han sido clave, sobre todo en este momento en el que el mundo requiere mujeres y hombres que sean líderes movilizadores, con capacidad de adaptación, agilidad y resiliencia, que velen por el bienestar colectivo de las personas y que guíen el camino de la recuperación económica, y del fortalecimiento de la salud mental y emocional de las familias, de los niños y adolescentes, y de los equipos de trabajo en las empresas.
Son muchas las habilidades de ese liderazgo femenino que han analizado grandes expertos; sin embargo, desde mi punto de vista y experiencia diaria encuentro coincidencia con cuatro características que considero fundamentales:
1. Carácter: si algo tienen las mujeres, es esa fortaleza con la que afrontan las dificultades. Saben que darse por vencidas no es una opción. Esta habilidad es la capacidad de responder de manera adecuada ante los desafíos que se presentan, de reaccionar con firmeza y de tomar decisiones rápidamente.
El nuevo entorno requiere agilidad para tomar decisiones e implementar soluciones. Todos podemos recordar a nuestras abuelas o madres dando ánimo a la familia en los tiempos difíciles, pero también tomando las riendas para solucionar cualquier problema por difícil que fuera.
– Cómo potenciar esta habilidad: es fundamental trabajar la toma de decisiones. Piense en esa decisión que tiene atrasada desde hace rato (inicie con algo pequeño), plantee dos o tres alternativas, valore cada una en los aspectos positivos y negativos, y decídase a dar el paso. Recuerde que lo perfecto es enemigo de lo bueno.
2. Compasión: no me cansaré de repetir que el mundo del liderazgo necesita mucha más compasión. Es esa capacidad que tiene la mayoría de las mujeres de prestar atención a las personas, escucharlas activamente y ayudarlas genuinamente.
Algunos llaman a esta habilidad Bondad Amorosa (Loving Kindness), que es el interés activo por los demás; y cuando se habla de activo es hacer contacto real con los otros.
Muchas veces nos concentramos en nosotros mismos y no somos conscientes de las dificultades o miedos por las que puedan estar pasando nuestras amistades, compañeros de trabajo o incluso nuestra propia familia.
– Cómo potenciar esta habilidad: Conéctese conscientemente con las personas. Centre su atención en quienes le rodean, note sus expresiones verbales y no verbales y escoja a un par de ellos para conversar unos minutos del día; pregúnteles cómo están, y luego, si lo necesitan, bríndeles un consejo, un simple abrazo o una guía en particular.
3. Colaboración: según varios estudios, es más probable que las mujeres pidan opiniones y estén inclinadas de forma más natural a adoptar diferentes puntos de vista. Esta habilidad es fundamental para crear redes de aprendizaje que fomenten la co-creación, el trabajo colaborativo y la rápida ejecución.
En la era post pandemia es necesario unir esfuerzos para implementar soluciones en el plano económico y humano. Es fundamental que los líderes dejen de lado el protagonismo y motiven la comunicación, la confianza, la humildad y la innovación en sus equipos.
– Cómo potenciar esta habilidad: organice equipos con diversidad de pensamiento. Aprenda a guiar a través de preguntas y no dando instrucciones. En vez de decir “¡hagan esto!” cámbielo por “¿y si hiciéramos esto?”. Empezará a notar que las personas empiezan a dar su opinión y a construir en equipo.
4. Sensibilidad social: es la capacidad de construir una sociedad basada en valores, solidaridad, conciencia social y responsabilidad ambiental. Tradicionalmente las mujeres han desarrollado más estas habilidades desde su rol de madres, cuidadoras y educadoras.
El impacto del covid-19 ha puesto esta reflexión sobre la mesa y cada vez más las generaciones jóvenes exigirán de sus líderes planes, productos y servicios que respeten la condición humana, generen procesos productivos éticos y promuevan el consumo responsable. Es ahí donde las habilidades de comunicación, generosidad y empatía presentes en el liderazgo femenino serán muy valiosas.
– Cómo potenciar esta habilidad: empiece con pequeñas acciones como promover el uso responsable de los recursos como el papel, el agua o los plásticos. Enseñe a sus hijos a respetar a las personas sin importar su nivel económico o social. Sea solidario, cuando tenga la oportunidad. Estos pequeños actos pueden volvernos más conscientes y comprometidos con el bienestar colectivo.
A lo largo de la historia, se ha demostrado que las crisis han impulsado grandes cambios. El covid-19 es la oportunidad para reflexionar y repensar la forma en que abordamos la vida y también el tipo de liderazgo que debemos ejercer. Este es el momento de replantear aquello que no funciona, de desaprender viejos hábitos y de empezar a incorporar nuevas habilidades.
* Martha Castaño es gerente de talento humano de Colsubsidio.
Imagen: Freepik Premium
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