Microsoft anunció ayer que va a comprar Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares, la transacción más grande en la historia de los videojuegos. Y la mejor forma de medir el impacto que tendrá ese negocio es lo que sucedió con la acción de Sony este miércoles: se desplomó casi 13 por ciento en un solo día. Es la peor caída en la acción de Sony desde el 2008. Si Microsoft logra concretar la compra de Activision Blizzard, su fuerza en esa industria sería descomunal.
Activision Blizzard es un gigante de esa industria: es el creador de juegos icónicos como ‘Call of Duty’, ‘Crash Bandicoot’, ‘Guitar Hero’, ‘World of Warcraft’, ‘StarCraft’, ‘Diablo’ y ‘Candy Crush’, entre otros. De concretarse esta transacción, Microsoft se convertiría en la tercera compañía de videojuegos del planeta, detrás de Sony y Tencent. Y al embolsillarse ‘Call of Duty’ y World of Warcraft’, se quedaría con los casi 400 millones de jugadores mensuales que tienen esas exitosas franquicias.
Microsoft es el fabricante de una de las tres grandes consolas de videojuegos, Xbox, cuya más reciente generación llegó al mercado a finales del 2021: Xbox Series X y Xbox Series S. En ese negocio compite con Sony (y su consola PlayStation) y con Nintendo (y su consola Switch).
La caída de la acción de Sony podría reflejar la preocupación del mercado de que la consola PlayStation pierda algunos importantes juegos de Activision que se podrían volver exclusivos de los sistemas de Microsoft.
Sin embargo, es importante mencionar que ahora la transacción tendrá que afrontar un paso muy importante: la aprobación del gobierno de Estados Unidos, lo mismo que de otras jurisdicciones, como la Unión Europea. Ellos analizaran si un movimiento empresarial de este tipo viola o no las leyes antimonopolio. Eso quiere decir que mientras no se cumpla ese requisito, esta compra no es un hecho consumado.
Imagen: Call of Duty (Activision)